sábado, 15 de enero de 2011

'Vi de solitud' de Irène Némirovsky


‘Vi de solitud’ es una novela de Irène Némirovsky profundamente autobiográfica. Es la historia de Hélène, una niña nacida en Russia, pero educada con una institutriz francesa, con una madre que sólo se preocupa por coleccionar amantes y en un padre que sólo se preocupa por ganar dinero y luego jugárselo a las cartas o en la bolsa. La niña odia a su madre e idolatra a su padre, aunque éste tampoco le hace mucho caso, así que crece faltada de afecto, porque la única persona que se lo da es su institutriz. Cuando pierde su institutriz, sólo le queda un gato que llegará un momento en que será el único ser que realmente querrá en el mundo.

No es una novela tan decepcionante como lo fue ‘El caso Kurilov’, pero aún así me ha sabido a poco. Le cuesta mucho arrancar. Al principio es realmente repetitiva y no avanza, parece que se va a pasar todo el rato hablando de lo desgraciadita que es Hélène y de lo mala que es su madre. Aún suerte que Hélène nunca se autocompadece y lo que hace es volverse una niña insensible, dura y cínica. Afortunadamente al final arranca y luego sí que se vuelve interesante de verdad. Se divide en cuatro partes: la primera pasa en casa de los abuelos en Ucraína, luego en la segunda se trasladan a San Petersburgo, después en la tercera tienen que huir de la revolución y se refugian momentáneamente en Finlandia, y finalmente la última pasa en Francia. La lástima es que no es hasta que llegan a Finlandia que la novela arranca de verdad.

En realidad es una novela que está muy bien escrita, con un estilo delicioso, como casi todo lo que escribe Némirovsky, pero el problema es que a mí me dio la sensación de que la historia de una niña que odia a su madre y quiere vengarse de ella Némirovsky ya me la había explicado antes en ‘El baile’ y lo había hecho de una forma más concisa y acertada, y en definitiva mejor. Aún así hay detalles realmente brillantes, sobre todo los que se refieren a la decadencia del mundo en que vive Hélène: como la podredumbre de las aguas de San Petersburgo, o el hecho de que tengan tanto dinero que lo utilicen para rellenar cojines y luego, cuando pierde valor, lo dejan tirado por el suelo. Y luego, como contraste, está Finlandia, con su nieve blanca, que es lo más parecido a la felicidad que sentirá Hélène.


2 comentarios:

Elena Rius dijo...

Aunque no he leído "Vi de solitud", soy una gran admiradora de Irene Némirovsky. Me ha pasado también, como a ti, que alguna de sus obras me ha decepcionado un poco, pero creo que eso es sobre todo porque en su caso el listón está muy alto. De esta que reseñas, me llama la atención la parte que pasa en Rusia y en Finlandia, me parece que a pesar de todo la leeré, porque me intriga ver cómo plasma su vida anterior a la emigración a Francia.
Por cierto, tengo también "Brooklyn" entre mis lecturas pendientes. Gracias por la entrada.

Núria dijo...

Probablemente sí que es porque 'Suite francesa' (pero también 'El baile') dejan el liston muy alto que otras obras de Némirovsky nos pueden saber a poco. Aún así, a mí 'David Golder' y 'El ardor de la sangre' me gustaron mucho (no tanto como las dos primeras, pero sí mucho).

'Vi de solitud' está bien. Yo nunca aconsejaría a nadie no leerla. La parte que pasa en un San Petersburgo, con su agua con olor a podredumbre, la niebla sucia y los niños que tienen mal color me gustó mucho. Y también Finlandia, con su nieve, el bajar en trineo, el ser joven y sentirse bien por primera vez también está muy bien.

Espero que la disfrutes. Y 'Brooklyn' también.

Gracias a ti por leer y comentar.