lunes, 4 de abril de 2011

'El teniente de Inishmore' de Martin McDonagh



La acción de ‘El teniente de Inishmore’ de Martin McDonagh empieza cuando Davey encuentra un gato negro con la cabeza destrozada en medio de la calle. Hay gente que cree que cruzarse con un gato negro trae mala suerte, pero está claro que en este caso cruzarse con este gato negro en concreto con el cerebro hecho añicos no va a llevar a nada bueno, porque este gato negro era de Padraic, el hijo de Donny, un psicópata que ni siquiera los del IRA lo quisieron porque estaba demasiado pirado. Donny y Davey están en un apuro muy chungo porque este gato era el único ser en el mundo al que Padraic amaba y cuando se entere que ha piñado querrá hacer picadillo a alguien y lo más probable es que quiera hacer picadillo a Donny y a Davey porque son los principales sospechosos del asesinato.

Conocía a Martin McDonagh, porque era el guionista y director de la película ‘In Bruges’, una comedia muy negra y muy recomendable con un final de regusto casi trágico, pero no tenía ni idea que también escribiera obras de teatro. ‘El teniente de Inishmore’ es una farsa hiperviolenta con un humor muy negro que a veces raya lo grotesco. Es como una mezcla entre la serie ‘Father Ted’ y el cine de Tarantino, aderezada con unas gotas del humor absurdo de los Monty Python. El mensaje de fondo está claro que es que la violencia es un sinsentido que no soluciona nada, pero queda algo diluido porque la obra no es nada más (ni nada menos) que una farsa y, como toda farsa, solo pretende hacer reír a través de la caricatura y el trazo grueso. Pero no es fácil hacer una farsa bien hecha, una que sea divertida de verdad sin caer en lo chusco ni lo fácil y barato.

‘El teniente de Inishmore’ tiene un ritmo trepidante, unos cuantos giros sorprendentes, unos diálogos frescos e ingeniosos, y un montón de momentos divertidísimos. Donny y Davey son un dúo cómico impagable. Son como dos clowns, pero aquí no hay un payaso listo y uno tonto, los dos son realmente tontos por más que quieran hacerse el listo. Me recuerdan un poco a Vladimir y Estragón de ‘Esperando a Godot’ pero en mucho más estúpidos. Bueno, de hecho todos los personajes destacan por las pocas luces que tienen, como consecuencia las situaciones son imprevisibles pero una ya prevé que las cosas se enmarañarán de mala manera y que no pueden acabar bien. Es una obra delirante pero que mantiene un extraño equilibro y que no deja de ser “una pieza bien hecha”.

2 comentarios:

Elena Rius dijo...

Interesante. A mí también me gustó mucho "Escondidos en Brujas", pero ignoraba que su guionista fuese además autor de novelas.

Núria dijo...

Bueno, de hecho sólo escribe obras de teatro, pero yo hasta ahora tampoco lo sabía.

Por cierto, además de 'Escondidos en Brujas' también tiene un corto que se llama 'Six Shooter' que ganó el óscar hace unos años, en el que sale también Bernard Gleeson y que también es muy en su estilo y muy recomendable. Me parece que se puede encontrar en youtube :D