martes, 8 de julio de 2014

'La tragedia de la calle de las Flores' de Jose María Eça de Queirós



'La tragedia de la calle de las Flores' no fue publicada por primera vez hasta 1980, 80 años después de la muerte del autor, el bueno de Eça de Queirós (antiguo conocido y admirado mío). Probablemente porque era demasiado fuerte para la época. Ahora, sin ser escandalosa, no deja de ser sorprendente y valiente, además de crítica y sarcástica, pero sin dejar de ser un novelón realista decimonónico de los que a mí tanto me gustan y, encima, relata tan bien las angustias del amor, desde una distancia irónica pero sin dejar de sentir simpatía por sus personajes, que son ya de por sí personajes ridículos, pero es que el amor aún los vuelve más ridículos si cabe.

Los protagonistas son Víctor, un joven con vagas veleidades literarias que trabaja (poco, muy poco) en un despacho y que depende económicamente de su tío, y Genoveva, una mujer mayor que él pero que aún conserva su belleza y que ha ido viviendo siempre del dinero de los hombres que seduce. Los dos coinciden, se atraen y a los lectores no nos quedará más remedio que seguir leyendo para ver si se lían o no. Aunque pronto esta intriga queda en segundo plano porque lo que realmente interesa es saber si las insinuaciones respecto a un secreto del pasado que va dejando caer el autor serán ciertas y, si son ciertas, cómo y cuándo se enterarán los protagonistas.

Como toda buena novela decimonónica hay duelos, que a mí siempre me encantan. Bueno, en este libro en concreto, hay dos amenazas de duelo, que rozan lo ridículo y que hacen que un personaje le entre un ataque de miedo bestial no una vez, sino dos. Pero a mí, los duelos cuánto más absurdos y más histéricos, más me gustan. Eça de Queirós aprovecha para burlarse de esta costumbre anacrónica, así como de la hipocresía de la sociedad de la época, de sus costumbres pretenciosas y de los pequeños vicios y grandes miserias de personajes que pasan por honorables. Cuánto más crítico y sarcástico se pone Eça de Queirós, más me gusta. Y es que además, su humor nunca es amargo, sino que se trata más bien de una ironía fina pero demoledora.

'La tragedia de la calle de las Flores' tiene una estructura, en mi opinión, simétrica: hay dos duelos, dos fiestas clave detalladas con profusión, dos cortejos, etc. Otro fuerte de Eça de Queirós es el de saber construir muy bien sus novelas, que se sustentan por sí solas sin que les sobre o les falte nada. Además, te engancha. Sabes que el clímax tiene que llegar tarde o temprano y lo esperas con ansia. Un par de veces está a punto de saberse todo, pero por caprichos del destino la resolución trágica se pospone un poco más. Así que seguimos leyendo con fruición, con una sonrisa en los labios pero a la vez con el corazón encogido, con un placer que pocos escritores saben proporcionar.



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