sábado, 13 de septiembre de 2014

'Las chicas de campo' de Edna O'Brien



'Las chicas de campo' es una novelita de Edna O'Brien, que causó bastante revuelo en la Irlanda natal de la autora en el momento de su publicación, porque habla sin tapujos de cosas como el despertar de la sexualidad feminina o de relaciones de adolescentes con hombres mayores casados. Pero supongo que tampoco ayuda que haya padres borrachos y ausentes, madres presumidas y vanidosas, monjas estrictas y crueles, etc. Dicho así parece que el libro sea un melodrama bastante insufrible, pero es todo lo contrario: es cierto que todo tiene cierto tono dramático pero no es menos cierto que todo está contado con aire de comedia. 

Kate y Baba han sido amigas des de la infancia, por más que su amistad esté llena de envidia, egoismo, pullas y puñaladas traperas. A veces se me hacía difícil entender por qué Kate aguantaba a Baba, pero supongo que es porque no tienen a nadie más y se necesitan la una a la otra. Kate y Baba son las chicas de campo y vemos cómo se van haciendo mayores en tres escenarios distintos: primero en las granjas dónde han nacido, luego en un internado religioso sólo para chicas, y finalmente en Dublín. 

Confieso que tengo cierta debilidad por las novelas que se centran en chicas que crecen, que pasan de la infancia a la adolescencia, y de la adolescencia a la juventud. Pero ésta me ha parecido especialmente brillante: el estilo es fresco y vívido, los escenarios cobran vida con una facilidad 
asombrosa, y los personajes (tanto principales como secundarios) parecen tan reales que es como si los hubiéramos conocido en nuestra vida. Es realmente una novela llena de vida, y encima también es desenfadada y divertida. Es una novela sincera y auténtica, una verdadera delicia. Es cierto que el final es algo inconcluso, pero esto es porque es la primera parte de una trilogía, que por supuesto tengo muchas ganas de seguir leyendo. 


sábado, 6 de septiembre de 2014

'Vera' de Elizabeth von Arnim



Lucy es una joven que se ha criado rodeada de intelectuales por más que ella no sea una y el señor Wemyss es un hombre ya maduro al que le gustan las cosas claras y el chocolate espeso. Los dos se conocen cuando acaban de perder a un ser querido, se comprenden, se consuelan en su tristeza, y finalmente se enamoran. Sólo que esto es sólo el principio. Se dice que para escribir el personaje de Wemyss, Elizabeth von Arnim se inspiró en su segundo marido y, aunque sólo se inspirara un poquitín en él, me sabe mal por ella, porque el personaje tiene tela. La tía de Lucy, la señorita Entwhistle, ya intuye esto, pero es lo suficientemente perspicaz como para saber que oponiéndose a esta relación no conseguirá nada, así que decide apoyarla pero sin mucho entusiasmo.

Llegados a este punto quizás os preguntéis quién es la Vera del título. Tanto si es así como no, yo os diré que es la primera mujer de Wemyss, que murió en circunstancias algo misteriosas. Vera está ausente y a la vez presente en casa de Wemyss; es una presencia inquietante pero también puede ser extrañamente reconfortante. Pero esta novela de Elizabeth von Arnim tampoco es un cuento gótico, aunque tiene elementos del género. En todo caso es más un thriller psicológico. Y no creo que esté diciendo nada de más si digo que el monstruo no es Vera sino Wemyss. Digo que no creo que esté diciendo nada de más, porque en el fondo el libro es muy previsible. Esta previsibilidad junto con una lentitud demasiado acusada a la hora de hacer avanzar la historia son los mayores defectos de la novela; al menos para mi gusto.

Los retratos psicológicos de von Arnim son complejos e interesantes. Ya durante el festejo, por los detalles que la autora va dejando caer, intuimos que Wemyss no es tan buena persona como aparenta. Y yo estaba impaciente para que por fin el tipo se quitara la máscara y se dejara ver tal cómo realmente es. Estaba realmente impaciente, porque ya he avanzado que la novela me ha parecido algo lenta. Pero el momento finalmente llega y vemos que Wemyss es un tipo controlador, caprichoso, prepotente, obsesivo, egoísta e infantil, hasta un punto tan grotesco que resulta cómico. Me resultó extraño que esta novela me hiciera reír, me pilló por sorpresa, pero realmente tiene un humor amargo y agresivo que me gustó mucho. Quizás Elizabeth von Arnim tenía que librarse de los malos recuerdos y la mejor forma era a través del humor, a través de ridiculizar a su marido. 

Pero aunque a veces resulte divertida, 'Vera' es en el fondo una novela triste: Wemyss es el típico marido abusivo y Lucy, como lo quiere, siempre busca excusas para justificarlo y cargar ella con las culpas. También tiene toques inquietantes y oscuros, y aunque me haya reído por el camino me dejó con cierto malestar en el cuerpo, porque no puedo evitar pensar que desgraciadamente es un libro aún válido, porque aún hay mujeres que se ven atrapadas en relaciones así y no pueden o no saben cómo escapar de ellas.